domingo, 14 de julio de 2013

Artículo

UNA FORMA DE ORGANIZAR DEL CONOCIMIENTO EN LA RED: LAS FOLKSONOMÍAS

Fotografía de http://ebibliotheca.files.wordpress.com/2011/05/cloud.png
Introducción

La aparición de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) produjo un cambio significativo en la vida del hombre y su interrelación con la sociedad. La red mundial, conocida como Internet, tiene desde hace muchos años gran importancia en nuestra sociedad, ya que facilita el tránsito y la difusión de la información entre sus usuarios.

A pesar de sus muchas ventajas que nos trae la era digital, el mayor problema que tenemos que afrontar los profesionales de la información es la organización del conocimiento que surge en la red, y que crece exponencialmente, para ser recuperado de forma rápida y precisa. La respuesta a esta cuestión se manifiesta en diversas formas de organizar la información que se encuentra en estos medios. Uno de ellos son las Folksonomías.



Definición

Para establecer una definición de este término se recurre a las raíces que la componen. La palabra Folksonomía (Folksonomy), la cual es atribuida a Thomas Vander Wal,  se deriva de las raíces: Folk = popular [inglés]; Taxis = clasificación, y Nomos = ordenar, gestionar [griegos] (Díaz, Joyanes y Medina, 2009). Se puede decir, que se trata de una clasificación de la información realizada por todos los usuarios.

En efecto, la folksonomía es el etiquetado libre que se está imponiendo como una modalidad de indización en lenguaje natural, particularmente, esto se aprecia en las herramientas de las web 2.0, donde el usuario participa activamente en la creación de nuevos contenidos. Se entiende, entonces, que la práctica de la Folksonomía es inherente a la aparición de la web social (Rodríguez, 2009).

Asimismo, Smith (2004), citado por Díaz et al (2009), explica que “la folksonomía es un neologismo que da nombre a la categorización colaborativa por medio de etiquetas simples o tags en un espacio de nombres llano, sin jerarquías ni relaciones de parentesco predeterminadas”.

La participación de los usuarios o internautas, es fundamental en este sistema de organización del conocimiento, ya que es él quien atribuirá las etiquetas a los contenidos web, en su propio lenguaje y libremente, los cuales no están sujetos a jerarquías o relaciones, como sí lo están los tesauros que mantienen relaciones funcionales (Término General TG, Término Específico TE, etc.).

Por lo tanto, se puede decir que las folksonomías son un sistema de organización, clasificación y recuperación de la información basada en el uso de etiquetas o tags (palabras clave) en los diversos sitios web, en el cual el principal agente es el usuario, aquel que añade y consume información a través de estos tags.

Los tags son las unidades elementales de las folksonomías que determinan de qué trata el documento, y a su vez lo clasifica basándose en el contenido temático, contexto, atributos del recurso y la subjetividad del usuario. Se aprecia que este sistema hace uso del lenguaje natural lo que genera su acogida en el medio, es decir, no se necesita tener conocimiento teórico ni profesional para usar este sistema.

Características

Partiendo de la definición, se puede señalar algunas características principales:
  • La participación, colaboración: referida al trabajo colaborativo que realizan los usuarios con el uso de este sistema.
  • La inteligencia colectiva: con ello generan una retroalimentación y se comparte las ideas y conocimientos de los otros.
  • Uso del lenguaje natural: referido a la flexibilidad al momento de crear etiquetas o tags haciendo uso del lenguaje común.

Berrueta (2007) establece que la característica más importante de las folksonomías está ligada a la rápida recuperación de información a través de enlaces denominadas nubes de etiquetas, las cuales son contenidos ordenados de manera alfabética, o aleatoria, con diversos tamaños de letras, lo cual denota la cantidad de documentos de un determinado contenido (ver figura N° 1).

Hernández (2008), por su parte, plantea una serie de característica de las folksonomías que resaltan su importancia, a continuación se presenta las más importantes:
  • Orientación: las folksonomías reflejan el vocabulario de los usuarios, quienes diseñan y crean dichas etiquetas.
  • Contextualidad: depende de la conducta de búsqueda de información del usuario individual y/o colectivo.
  • Economía: no hay ningún costo ni para el usuario ni para el sistema de información.
  • Adaptabilidad: se adaptan al cambiante vocabulario del usuario y sus necesidades léxicas.
  • Cooperación: solo se necesita estar de acuerdo en sentido general con el significado de un tags para etiquetar el material.
  • Comunicabilidad: con el uso de los tags se preserva la comunicabilidad, es decir, a la rapidez de transmisión de la información.
  • Personalización: cada usuario colocará los tags según sus intereses.
  • Regeneración: la capacidad de cambio de los términos es inmediata, sin necesidad de normas, u organismos que regulen estos cambios.
  • No discriminativa: su función se despliega en cualquier objeto digital (artículos, videos, fotografías, recetas, etc.).
  • No lucrativas: no ambiciona convertirse en sistemas hegemónicos sino en producir metadatos para una mejor comprensión y recuperación de información.
Figura N° 1
Tags presentadas por Flickr.com

Ventajas y desventajas

Las ventajas que tiene este sistema de etiquetado libre, se pueden desprender de lo expuesto hasta el momento:
  • Su sistema de clasificación mediante etiquetas, es bastante simple. Muchas herramientas web, que trabajan con nubes de etiquetas, brinda la opción para agregar y quitar tags al contenido que se está subiendo a la red.
  • La representación de los tags no solo es sencilla sino también atractiva, es decir, las herramientas de la web 2.0 presenta diversas formas de representar estas etiquetas: nubes, listas agrupadas por categorías, etc.

Moreiro (2007), enumera una serie de ventajas de las folksonomías, las cuales son:
  • No precisa de inversión para construir lenguajes documentales.
  • Son lenguajes evolutivos.
  • Ofrece una enorme riqueza de vocabulario.
  • Son fácilmente automatizables, al trabajar sobre todo con unitérminos.
  • Se obtienen resultados satisfactorios cuando se combinan con los términos propios de un entorno científico-técnico específico.

En cuanto a las desventajas, muchos autores critican este sistema por no tener solidez ni respaldo académico, se puede ver esta postura claramente definida en el concepto de Pardo (2007) donde hace referencia a los lenguajes de etiquetado no controlados cuando dice:
Amateurismo y charlatanería conviven en la escritura colaborativa de la Web 2.0. Si bien se trata de herramientas de alta productividad para formar comunidades, en muchos casos no aportan calidad a nivel de contenido, solo experiencias de producción no-profesional, poco fiable (p. 97).

Las folksonomías tal como lo indica Wright (2004) son “una clasificación social que se genera por consenso a través de las aportaciones de los usuarios”. Con esta premisa se entiende que este tipo de etiquetado carece de un lenguaje controlado por lo cual está expuesto a deficiencias tales como la ambigüedad y la homonimia entre otros, lo cual genera en muchos casos ruido y en otros, silencio en la recuperación de la información.

Importancia y finalidad

Este concepto de etiquetado, conocido como folksonomías, permite extraer datos y metadatos de diversas páginas o elementos que puedan ser considerados importantes por el usuario dentro de una página revisada. La principal importancia de las folksonomías radica en facilitar la recuperación de la información, a través de un lenguaje natural y cómodo para el usuario o internauta.

Además, es importante porque genera la participación de toda la comunidad de usuarios, la cual nos brinda información relevante para realizar estudios de perfiles de usuarios, conocer nuevas tendencias de investigación, actualizar los términos en los tesauros, etc.

De lo expuesto, se puede decir que la finalidad del lenguaje de etiquetado social, es la de brindar la facilidad para aplicar etiquetas a contenidos en la Web mediante herramientas del lenguaje natural, disminuyendo de esta manera la brecha que genera la utilización de lenguajes controlados, como los tesauros y los encabezamientos de materia, los cuales cuentan con un estricto orden a seguir y es necesario un estudio previo para su utilización.

Utilidad

Las folksonomías se usan comúnmente en el entorno web como los blogs, web informativos, catálogos en línea, redes sociales, entre otros. Estos sitios permiten la creación y búsqueda de etiquetas (tags), para poder recuperar información dentro de un recurso web.

Los usuarios no tienen limitaciones para realizar esta clasificación mediante etiquetas. Solo deben asignarle etiquetas a un recurso (fotografía, video, artículo, comentario, libro, software, etc.). “De esta forma, los usuarios se convierten en indizadores de sus propias necesidades y colocan sus propias palabras clave, los tags (etiquetas)” (Hernández, 2008)

El primero en mostrar una nube de etiquetas fue el repositorio de fotografías Flickr (http://www.flickr.com/), como se puede apreciar en la figura N° 1. Esta es una de las formas que presentan las etiquetas en la red, en forma de nube, pero también las representan a través de listados.

Algunas bases de datos ya están incorporando este etiquetado colaborativo, un ejemplo de ello es la base de datos de biomedicina Hubmed (http://www.hubmed.org) donde aparece la opción para que el usuario, registrado, con acceso a esta base, pueda añadir etiquetas a los artículos científicos, con el fin de mejorar su recuperación (Figura N° 2). 

Figura N° 2
Base de Datos de Biomedicina: Hubmed

Entre otros ejemplos a destacar, se puede mencionar los siguientes sitios:
  • Deakialli Documental (http://www.deakialli.com/), es un blog gestionado por CatuxaSeoane y Vanesa Barrero, desde marzo de 2003 quienes son profesionales que cuentan con cierto prestigio y difusión.
  • Delicious (http://delicious.com/), es un servicio de marcadores sociales. En este recurso se han seleccionado las etiquetas empleadas en los bookmarks de Dídac Margaix y Níeves Gonzales. En ambos casos se trata de dos profesionales que se han destacado en la divulgación del uso profesional de las herramientas de la web social.

Actualmente, existen en la red muchos sitios personales y de diferentes especialidades que cuentan con un sistema de etiquetas para acceder fácilmente a la información que requiere el usuario.

Relación entre tesauro y folksonomías

Como menciona Laguens (2006) los lenguajes documentales permiten representar temáticamente las unidades documentales, su posterior inclusión en una base de datos y finalmente facilitar su consulta y posterior recuperación.

Uno de esos lenguajes es el tesauro, que es un lenguaje post-coordinado que representa el contenido de un documento mediante descriptores, estos son términos normalizados y controlados usados en la indización y la búsqueda documental, que son creados mediante un consenso de expertos y/o uso de documentos especializados en el tema.

Hernández (2008), plantea que “quizá sea más apropiado hablar de categorización que clasificación en el tema de folksonomías”, puesto que la categorización no es tan rigurosa como la clasificación y no posee límites muy marcados. Además, una de las características resaltantes del etiquetado es su flexibilidad.

La creación de las folksonomías parte del lenguaje natural, es decir, en los tags se representan los conocimientos del internauta sobre el tema de interés personal, por lo tanto no es necesario que tenga una base teórica en el desarrollo y uso de sistemas de clasificación. La creación de etiquetas se basa en los conocimientos del usuario, por ello es subjetiva.

El punto de encuentro entre los tesauros y las folksonomías es “su capacidad para la organización y representación del conocimiento” (Soler y Gil, 2010). Ya que si bien las folksonomías no usan términos controlados sino lenguaje natural, y tampoco poseen una estructura para ellos, se adecuan al entorno web mediante presentaciones, visualmente atractivas y de uso sencillo, que permiten la coexistencia de diversos puntos de vista de los usuarios.

Se cumple el rol de indizar los recursos digitales, permitiendo: a) que el usuario, al realizar una búsqueda posterior, encuentre nuevamente el documento o enlace, b) que otros internautas con necesidades sobre la misma temática puedan encontrar información, y c) que colaboren agregando alguna palabra que ellos consideren importante para su recuperación. Esto es trabajo y aprendizaje colaborativo, como punto clave de este sistema de clasificación y organización.

En el cuadro N° 1, se presenta un esquema comparativo que recopila tanto las características del tesauro como de las folksonomías, mostrando así sus diferencias.

Fuente: Soler, C. y Gil, I. (2010), p. 368.

Cuadro N° 1
Comparación entre Tesauros y Folksonomías

Conclusiones
  • Las folksonomías nacen en el mismo entorno de la web 2.0 con finalidades colaborativas y de voluntad de compartir recursos entre los propios usuarios que realizan esta operación.
  • Las folksonomías son consideradas un modelo de indización social, puesto que es la comunidad de usuarios, sin capacitación en la creación de términos de recuperación, la que indizan los documentos en la red.
  • Lamentablemente, si este tipo de etiquetado social no es controlado, generará la redundancia de términos provocando a la larga un aumento y posible confusión de términos establecidos.

Bibliografía

Berrueta, D. (2007). Estado del arte y propuesta de técnicas y formalismos para la anotación de contenidos y servicios por medio de Folksonomías. Recuperado el 13 de noviembre de 2012 de http://forge.morfeo-project.org/wiki/images/2/25/ND.6.2.2.pdf

Díaz, F., Joyanes, L. y Medina, V. (2009). Taxonomía, ontología y folksonomía, ¿qué son y qué beneficios u oportunidades presentan para los usuarios de la web? Universidad y Empresa, 8(16), 242-261. Recuperado el 10 de setiembre de 2012 de http://revistas.urosario.edu.co/index.php/empresa/article/view/1079/977

Hernández, A. M. (2008). Folksonomías: las más recientes evidencias ecológicas en la industria de la información. Ciencias de la Información, 39(2), 15-22. Recuperado el 06 de noviembre de 2012 de http://cinfo.idict.cu/index.php/cinfo/article/view/75/74

Laguens, J. L. (2006). Tesauros y lenguajes controlados en internet. Anales de la Documentación, 9, 105-121. Recuperado el 28 de agosto de 2012 de http://revistas.um.es/analesdoc/article/view/1391/1441
Moreiro, J.A. (2007). La representación de los contenidos digitales: de los tesauros automáticos a las folksonomías. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia. Recuperado el 16 de febrero de 2013, de http://www.terras.edu.ar/aula/tecnicatura/16/biblio/16folksonomias.pdf

Pardo, H. (2007). Un esbozo de ideas críticas sobre la Web 2.0. En C. Cobo y H. Pardo (Eds.), Planeta Web 2.0: inteligencia colectiva o medios fast food (pp. 89-100). México D.F.: Flacso México. Recuperado el 06 de mayo de 2013 de http://web.flacso.edu.mx/planeta/blog/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=12&Itemid=6

Rodríguez, L. (2009). Etiquetado libre frente a lenguajes documentales: aportaciones en el ámbito de Biblioteconomía y Documentación. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia. Recuperado el 22 de enero de 2013 de http://eprints.rclis.org/12571/1/Comunicacion_Luis_RYunta_ISKO2009.pdf

Soler, C. y Gil, I. (2010). Posibilidades y límites de los tesauros frente a otros sistemas de organización del conocimiento: folksonomías, taxonomías y ontologías. Revista Interamericana de Bibliotecología, 33(2), 361-377. Recuperado el 03 de noviembre de 2012 de http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/RIB/article/view/7647/7074

Wright, A. (2004, agosto) Folksonomy. Recuperado el 06 de mayo de 2013 de http://www.alexwright.org/blog/archives/000900.html

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